Estudios
observacionales.
Los
estudios observacionales corresponden a diseños de investigación cuyo objetivo
es “la observación y registro” de acontecimientos sin intervenir en el curso
natural de estos. La elección del diseño de un estudio es una de las etapas más
complejas en el proceso de investigación; pues en este, se han de tomar en
consideración una serie de hechos como la información previa que existe respecto
del tema, el o los diseños utilizados previamente. De este modo, los estudios
se dividen en: Estudios observacionales y estudios experimentales:
Los
estudios observacionales, son aquellos en los que no se controla la asignación
del paciente a un determinado tratamiento o intervención, sino que ésta se
efectúa de acuerdo a la práctica clínica habitual, siendo por ende el
investigador un mero observador y descriptor de lo que ocurre. De tal manera que parece razonable plantear
que los argumentos que apoyan la conducción de estudios observacionales son
entre otras: describir manifestaciones inusuales de una enfermedad o el efecto
de una exposición que no puede ser asignada de forma aleatoria; describir
enfermedades raras; conocer acerca de la historia natural y del curso clínico
de una entidad clínica o evento de interés; obtener frecuencias de las diversas
variables del proceso nosológico; permitir la formulación de hipótesis de
posibles factores de riesgo, realizar vigilancia epidemiológica; validar la aplicación
de una intervención ; conocer el nivel de adhesión a una intervención ;
describir innovaciones y modificaciones, técnicas y tecnológicas, etc.
Por otra parte, constituyen el primer paso en
investigación para determinar factores de riesgo, aunque no permiten establecer
causalidad; y, son relativamente rápidos y fáciles de realizar. Las
limitaciones de este tipo de diseños, entre las que destacan: la subjetividad
personal del que reporta, hecho que puede redundar en errores de medición; los
inconvenientes generados por el sesgo de reporte, relacionados con la selección
y referencia de los sujetos evaluados; el hecho que en algunas ocasiones no
permiten hacer comparaciones entre grupos; el que representan la experiencia
limitada de una sola persona o de un grupo de investigación; que la presencia
de algún factor de riesgo puede ser solo coincidencia; que como la observación
se inicia en diferentes puntos en el curso de una enfermedad o evento de
interés, resulta difícil ser enfático acerca de la asociación temporal.
Se
ha de tener presente, que en general este tipo de estudios no constituyen
evidencia sólida como base para alterar la práctica clínica, en especial si
ésta ha sido exitosa; con excepción de casos concretos como estudios de
cohortes prospectivas o concurrentes para escenarios de pronóstico, estudios de
pruebas diagnósticas para escenarios de diagnóstico y revisiones sistemáticas
de la literatura para diferentes escenarios. Los diseños incluidos en el
concepto de estudios observacionales son el reporte y las series de casos (sean
estas de carácter retrospectivas o prospectivas), los estudios de corte
transversal, los estudios de pruebas diagnósticas, los estudios de
concordancia, poblacionales, correlacionales y ecológicos; los estudios de casos
y controles; y los estudios de cohortes, ya sean retrospectivos o prospectivos.
A
continuación, se hará una descripción de las características más relevantes de
los diseños de Estudios Observacionales más representativos, en orden de
complejidad (reporte y series de casos, estudios de corte transversal, estudios
poblacionales y correlacionales; estudios de casos y controles; y estudios de
cohortes). Son los diseños más
comúnmente encontrados en las revistas científicas y en este tipo de estudios
no existe un grupo de comparación. Se trata entonces, de la observación y
descripción de características de uno o de un grupo de sujetos que presentan un
cuadro clínico, una enfermedad poco frecuente, una manifestación poco usual de
una enfermedad; o que han sido sometidos a una modificación terapéutica, o que
respondieron de manera inusual a un tratamiento determinado. Constituyen entre
el 70% y 80% de los artículos originales publicados en la literatura biomédica.
Estudios de corte transversal
Su
característica fundamental es que todas las mediciones se hacen en una sola
ocasión, por lo que no existen períodos de seguimiento. Con este diseño, se
efectúa el estudio en un momento determinado de la evolución de la enfermedad o
evento de interés. De esta manera, no se puede distinguir si la exposición
determinó el desarrollo de la enfermedad o evento de interés, o sólo afecta el
nivel individual de la exposición. Los estudios de prevalencia son un exponente
de este tipo de diseño. Entendiendo como prevalencia la proporción de sujetos
de una población determinada, en un momento determinado, que presentan una
enfermedad.
Para
algunos factores que permanecen inalterables en el tiempo como sexo o grupo
sanguíneo, este tipo de estudios proveen evidencias de asociación estadística
válidas, sin embargo, para variables generales no permiten plantear asociación.
En algunos estudios los factores de riesgo pueden estar sujetos a alteraciones
subsecuentes al desarrollo de la enfermedad. En estos casos, los datos pueden
ser utilizados para describir las características de los individuos que padecen
la enfermedad y formular hipótesis, pero no para probarlas.
Estudios
de casos y controles.
Son
estudios que se basan en la recopilación de datos ya generados, por ende, de
carácter retrospectivo. Permiten el análisis comparativo de un grupo de sujetos
que han desarrollado una enfermedad (denominados “casos”), con un grupo de
individuos que no la presentan (denominados “controles”). Por lo tanto, se
trata de estudios cuyo objetivo es determinar si la frecuencia de aparición de
una variable en estudio es diferente en los “casos” respecto de los
“controles”.
Dentro
de las características propias del diseño, es relevante hacer mención de
algunas consideraciones fundamentales: Una de ellas se refiere a la definición
y selección de los “casos”. Este aspecto es de suma importancia, pues la
selección de los casos permitirá establecer cuáles serán los límites para la
generalización de los resultados; de este modo, los “casos” se pueden obtener a
partir de hospitales, clínicas y consultorios; registros o sistemas de
vigilancia; certificados de defunción; etc.; pudiendo ser “casos prevalentes”,
cuando se utilizan aquellos existentes al momento de iniciar la investigación ;
o “casos incidentes”, cuando se trabaja con aquellos que se van reclutando
desde el momento en que comienza la investigación en adelante .
Por su parte, los “controles” constituyen el
mayor problema de este tipo de diseño, pues deben ser sujetos en todo similares
a los casos, con la excepción que no tienen la enfermedad. Dicho de otra
manera, los casos deben representar la población de individuos que habrían sido
incluidos como controles si no hubieran desarrollado la enfermedad. Los
“controles” también pueden ser de tipo poblacional, es decir tomados al azar a
partir de la población general; hospitalarios, elegidos al azar desde población
hospitalaria, de clínicas o consultorios; y los denominados controles
especiales, entre los que se encuentran parientes, amigos o vecinos de los
casos.
Sin
embargo, sin importar la fuente obtención de los controles, es fundamental
considerar los siguientes hechos: la muestra de controles debe pertenecer a la
población fuente de los casos, debe existir exactitud comparable en la medición
de la exposición en estudio, y se han de minimizar los confundentes.
Por otro lado, se ha de considerar el problema
del número necesario de controles por cada caso; y es así que en general se
tiende a pensar en una relación de 1:1, sin embargo, esta relación variará
dependiendo de la disponibilidad de casos y controles. El tamaño de muestra más
pequeño se obtiene cuando la proporción de casos: controles es 1:1; sin
embargo, cuando hay poca disponibilidad de unos u otros, se puede utilizar una
relación distinta (1:2, 1:3 ó 1:4), tomando en cuenta que el total de sujetos
en la muestra se incrementará
Pero,
aunque los controles hospitalarios son los más comúnmente utilizados, debido a
su disponibilidad; se ha de considerar que pueden estar tan o más enfermos que
los casos, y tener patologías de algún modo relacionadas con la entidad en
estudio, que actuarán como confundentes. Por otra parte, los controles
poblacionales podrían ser los ideales, pues en general se encuentra libres de
influencias relacionadas con la salud, pero su interés por participar en
estudios científicos en general no es adecuado, razón por la que con ellos se
corre el riesgo de incurrir en sesgos de medición.
Finalmente,
los controles especiales, podrían ser perfectos, pues al estar cerca del caso
suelen tener interés en colaborar en estudios relacionados con la enfermedad
que afecta a su pariente o conocido, pero al mismo tiempo, con ellos se corre
el riesgo del sobre reporte de información, o incluso que por vivir en el mismo
sector estén expuestos al o a los mismos factores de exposición en estudio. No
obstante, las consideraciones previas, es importante tener en cuenta la
importancia de una buena definición de los casos y los controles, utilizar
técnicas de emparejamiento (por sexo, edad, peso, estatura, etc.), y considerar
también que en ocasiones puede ser necesario utilizar un segundo o tercer grupo
de controles o controles de un origen diferente.
Estudios
de cohortes.
Una
cohorte es un grupo de sujetos que se siguen en el tiempo esperando la
aparición de una enfermedad, y por otro lado un “factor de exposición”, que es
aquel que puede predecir la variable resultado. Son estudios en los que el
investigador realiza una comparación entre grupos de sujetos. Su objetivo es
asegurar que la aparición de un caso nuevo de una enfermedad difiere entre un
grupo de individuos expuestos y no expuestos a al potencial factor de riesgo.
Dentro
de las características propias del diseño, es relevante hacer mención de
algunos aspectos fundamentales: Uno de ellos se refiere a la selección de las
cohortes. Estas, se han de seleccionar con base en la presencia o ausencia de
exposición a un factor presumiblemente de riesgo para el desarrollo de una
enfermedad. La población expuesta se selecciona según el tipo de exposición;
así, en el caso de exposiciones comunes, los sujetos expuestos se pueden
seleccionar a partir de la población. En caso de exposiciones poco frecuentes,
los sujetos expuestos se pueden seleccionar a partir de grupos especiales de la
población, de esta forma la medida de exposición será más exacta. En ambos
casos, se ha elegir grupos de estudio que faciliten la obtención de la
información relevante.
La
población no-expuesta debe ser similar al grupo expuesto en todos los factores
posibles relacionados al resultado excepto en el factor de exposición a
evaluar; por lo tanto, la recolección de información debe ser comparable a la
del grupo ex puesto; es así como, si se realiza un estudio que requiere de un
grupo especial de exposición con problemas ocupacionales, se sugiere utilizar a
la población general del área donde se encuentra instalada la empresa o
industria en cuestión como un grupo externo de comparación o una cohorte
similar que comparte la experiencia con la cohorte de exposición especial. Otro
aspecto tiene que ver con la definición de la exposición.
Una
vez definida la exposición todos los sujetos potenciales deben estar libres de
la enfermedad al ingresar al estudio. Todos los sujetos elegibles deben ser
seguidos por un periodo de tiempo predeterminado para evaluar la ocurrencia de
la enfermedad. También se ha de considerar las fuentes de información de la
exposición. Estas nos permiten clasificar al sujeto en expuesto y no-expuesto,
nos aportan datos demográficos, datos sobre potenciales factores de confusión,
y nos dan cierto margen de seguridad que la información obtenida será
comparable para todos los participantes. Sin embargo, se ha de considerar que
pueden ocurrir cambios en los niveles de exposición durante el seguimiento.
Las
fuentes de información pueden ser de tipo indirecta, cuando se utilizan
registros preexistentes; o directas, cuando la información se obtiene a partir
de encuestas, entrevistas, examen clínico, pruebas de laboratorio, etc. Y, por
último, se han de considerar las fuentes de información de la variable
resultado. Este tipo de información debe tener un alto grado de certeza, y ha
de ser comparable tanto en los expuestos como en los no-expuestos. Se puede
obtener de fuentes tan diversas como exámenes periódicos de salud o
certificados de defunción. Sin embargo, se ha de asumir que los resultados
dependerán del seguimiento de las cohortes. Este debe ser completo para cada
individuo que compone cada cohorte, desde el momento de su enrolamiento hasta
el fin del período considerado; considerando que el porcentaje de pérdida de
seguimiento de las cohortes no debe ser inferior a 80%.
No
obstante, la duración del seguimiento dependerá del periodo de latencia
estudiado entre la exposición y el resultado o evento de interés. Existen
diversos tipos de estudios de cohortes. Los estudios de cohorte prospectiva o
concurrente se definen como aquel estudio, que puede ser utilizado para
determinar el pronóstico, con un seguimiento que comienza en el presente y se
extiende hacia el futuro; período en el que se pueden medir y en forma acuciosa
una serie de variables. En estos, la exposición al factor puede ya haber
ocurrido, pero la enfermedad aún no.
Además,
es el diseño que permite calcular la incidencia y riesgos. Los estudios de
cohortes retrospectivas o históricas, son aquellos en que tanto las
exposiciones ya ocurrieron cuando se dio inicio el estudio. En estas, el
seguimiento es desde el pasado hasta el presente.
Son
más rápidas y económicas que los estudios de cohortes prospectivas; son de gran
utilidad si los periodos de latencia entre la exposición y el desarrollo de la
enfermedad son prolongados; para su ejecución, requieren del acceso a fuentes
de información preexistentes adecuadas, esto implica que se puede disponer de
datos incompletos y por ende no comparables de los sujetos en estudio.
Se
define como cohorte bidireccional a aquella en la que los datos son
recolectados tanto de forma prospectiva como retrospectiva; pudiendo ser de
utilidad cuando la exposición en estudio tiene efectos tanto a corto como a
largo plazo. Son especialmente útiles para estudiar exposiciones raras a
factores ocupacionales o ambientales. Se considera como estudio de casos y
controles anidado en una cohorte aquel en el que se introduce un diseño de
“casos y controles” en una cohorte; para lo que se efectúa una evaluación de
todos los casos y se seleccionan grupos de control dentro de la misma cohorte;
siendo su gran ventaja el que permite disminuir los costos de un estudio de
cohorte.
Instrumentos
para evaluar los Estudios observacionales
A pesar de ser los diseños más utilizados en
el reporte de resultados en las revistas biomédicas, existen pocos instrumentos
que permitan valorar la calidad de los estudios observacionales; pues la mayor
parte de los existentes son listas de chequeo o verificación respecto de cómo
se deben reportar resultados con este tipo de diseños.
A continuación, se mencionan y describen
algunos de ellos.
1. La iniciativa STROBE (Strengthening the
Reporting of Observational Studies in Epidemiology), publicó en 2007, una guía
para reportar estudios observacionales (Vandenbroucke et al. 2007); el que fue
actualizado en 2008 (von Elm et al., 2008). Es una lista de 22 puntos a tener
en consideración en la comunicación de resultados utilizando los diseños más
importantes de la epidemiología analítica observacional: estudios
transversales, estudios de casos y controles, y estudios de cohortes. Estos
puntos se refieren en general al título y resumen, la introducción, la metodología,
los resultados y la discusión.
2.
La iniciativa STARD (Statement for Reporting Studies of Diagnostic Accuracy),
publicó en 2007, una guía acerca de cómo reportar de forma apropiada los
resultados provenientes de estudios de la exactitud diagnóstica (Bossuyt et
al., 2003a, 2003b). Esta, consiste en una lista de comprobación de 25 ítems y
un organigrama con el que autores y revisores pueden apreciar si toda la
información relevante está presente.
El
grupo MOOSE (Meta-analysis of observational studies in epidemiology), publicó
en 2000, una propuesta para el reporte de meta-análisis de estudios
observacionales (Stroup et al., 2000), que consiste en una lista de
comprobación de datos específicos para informar un meta-análisis de estudios
observacionales, incluyendo la estrategia de búsqueda, métodos, resultados,
discusión y conclusión.
4. El grupo MINCIR (Metodología de
Investigación en Cirugía), publicó en 2009, una propuesta para la realización
de revisiones sistemáticas y meta-análisis con diferentes tipos de diseños.
Está, permite evaluar calidad metodológica, contando con estudios de validez y
confiabilidad. Está compuesta por 3 ítems; el primero, relacionado con el tipo
de diseño del estudio; el segundo, con el tamaño de la población estudiada; y
el tercero, relacionado con la metodología empleada en el estudio en cuestión
(Manterola et al., 2009).
5.
Por otra parte, este mismo grupo (MINCIR), publicó recientemente un sistema de
verificación para el reporte de resultados con estudios observacionales descriptivos,
con el objetivo de colaborar con autores, revisores y editores para que la
información relevante de este tipo de estudios se encuentre presente en el
manuscrito. Cuenta con validez de fachada y contenido, aportada por un panel de
45 expertos en metodología de investigación, académicos clínicos, revisores y
editores de revistas biomédicas, a través del cual se generó un instrumento
compuesto por 19 ítems, agrupados en 4 dominios (Manterola & Astudillo).
Diseños
cuasiexperimentales
Son
una derivación de los estudios experimentales, en los cuales la asignación de
los pacientes no es aleatoria, aunque el factor de exposición es manipulado por
el investigador. Los diseños que carecen de un control experimental absoluto de
todas las variables relevantes debido a la falta de aleatorización ya sea en la
selección aleatoria de los sujetos o en la asignación de los mismos a los
grupos experimental y control, que siempre incluyen una preprueba para comparar
la equivalencia entre los grupos, y que no necesariamente poseen dos grupos,
son conocidos con el nombre de cuasiexperimentos.
El
método cuasiexperimental es particularmente útil para estudiar problemas en los
cuales no se puede tener control absoluto de las situaciones, pero se pretende
tener el mayor control posible, aun cuando se estén usando grupos ya formados.
Es decir, el cuasiexperimento se utiliza cuando no es posible realizar la
selección aleatoria de los sujetos participantes en dichos estudios. Por ello,
una característica de los cuasiexperimentos es el incluir "grupos
intactos", es decir, grupos ya constituidos. Algunas de las técnicas
mediante las cuales se puede recopilar información en un estudio
cuasiexperimental son las pruebas estandarizadas, las entrevistas y las
observaciones.
Tipos
de diseños cuasiexperimentales
Experimentos
naturales: Son los experimentos que se desarrollan en la población sin que
medie ningún tipo de intervención intencionada.
La
intervención se da de forma natural o circunstancial y luego se evalúa la
presencia de la enfermedad con el fin de evaluar el efecto de la intervención
no intencionada.
Estudios
con controles históricos: Este estudio consiste en comparar que un grupo de
pacientes que reciben una intervención o tratamiento con un grupo que había
sido tratado con otro tipo de intervención en el pasado.
Estudios
post-intervención: Es una forma de evaluar una intervención y consiste en
realizar observaciones posteriores a la utilización de una medida de
intervención. Tiene la limitación de no tener información previa sobre el
conocimiento del tema por parte de los participantes.
Estudios
antes/después: Este estudio establece una medición previa a la intervención y
otra posterior. Además, puede incluir un grupo de comparación que no reciba la
intervención y que se evalúa también antes y después con el fin de medir otras
variables externas que cambien el efecto esperado por razones distintas a la
intervención.
El análisis de la información arrojada por un
diseño cuasiexperimental permite realizar diversos análisis estadísticos como
son: la prueba t, el análisis de varianza, el análisis de covarianza.
Estos
estudios son factibles dado que se pueden realizar en pequeñas unidades, por lo
cual son más baratos y tienen menos obstáculos prácticos, permiten realizar
investigaciones dentro de un marco de restricciones, particularmente la falta
de aleatorización, facilitan el desarrollo de estudios en ambientes naturales.
A través de los cuasiexperimentos es posible inferir relaciones causales entre
la variable independiente y la variable dependiente, pero su probabilidad de
ser verdadera es relativamente baja en comparación con los diseños
experimentales verdaderos.
En
los diseños cuasiexperimentales la variable independiente puede confundirse con
variables extrañas, por lo que no se sabe si un cambio en la variable
dependiente se debe realmente a la variación de la variable independiente; es
decir, la probabilidad de una conclusión de que la variable independiente
produjo un determinado cambio conductual es menor cuando se usa un diseño
cuasiexperimental que cuando resultan de un experimento.
Al
utilizar grupos intactos o naturalmente formados, existe la posibilidad de que
se presenten sesgos en la selección. Entonces, es conveniente tratar de igualar
los grupos experimental y control con base a aquellas variables consideradas
como importantes en el estudio. Cuando
se consideran los problemas de validez en la investigación cuasiexperimental,
se deben tener presentes: identificar claramente las limitaciones del estudio,
la equivalencia entre los grupos, y argumentar lógicamente los aspectos
representativos y generales de la investigación.
El
tipo de tratamiento recibido por los grupos puede no ser lo suficientemente
variado para marcar una diferencia. El desarrollo de la investigación en un
ambiente natural posibilita la intervención de variables extrañas sobre las que
seguramente no se podrá ejercer control.
Una desventaja del cuasiexperimento es el hecho de tomar los grupos
intactos. El investigador no tiene la certeza de que la muestra sea
representativa de la generalidad, por tanto, esto constituirá una amenaza a la
validez externa, de donde se deriva una limitación del estudio. En un cuasiexperimento, es importante cuidar
que los sujetos no se enteren de que están participando en tal investigación,
para evitar sesgar los resultados (efecto placebo).
Estudios
experimentales
Son
un grupo de diseños de investigación que se usan generalmente para evaluar
alguna medida terapéutica; sin embargo, con estos diseños también se evalúan
otro tipo de intervenciones. Como intervenciones en el área clínica nos
referimos a las acciones dirigidas a modificar uno o más condiciones de un
paciente o sujeto sano, de manera individual o grupal. Además de las
intervenciones terapéuticas, existen las intervenciones preventivas y
educativas.
Las
terapéuticas están dirigidas a mejorar, eliminar o a controlar un padecimiento
o alguna sintomatología en particular, pudiendo ser farmacológicas,
quirúrgicas, de rehabilitación y cambios en estilo de vida. Por otra parte, las
preventivas tienen como propósito evitar la aparición de una enfermedad o el
desarrollo de alguna complicación, como la vacunación y los cambios en el
estilo de vida. Las intervenciones educativas pueden estar dirigidas a
pacientes o a integrantes del equipo de salud y, en términos generales, con
este tipo de intervenciones se pretende que las personas hagan cambios en sus
conductas, hábitos o costumbres para mejorar la salud, mediante la adquisición
de conocimientos.
Para
establecer la eficacia de una intervención se debe realizar un estudio
experimental, en el cual a un grupo de pacientes se otorga dicha intervención
(denominado grupo experimental) y se compara con otro grupo (denominado grupo
control), al cual se le da un placebo o nada. Mientras que el término
efectividad se utiliza para comprobar si existe diferencia en cuanto a la
eficacia de dos (o más) intervenciones, es decir, son ensayos clínicos después
de haber comprobado que las dos intervenciones sirven en estudios de eficacia.
Entonces,
para demostrar la eficacia y efectividad de una intervención, en el grupo
experimental debe existir mayor número de pacientes que se mejoran, en
comparación al grupo control. Si bien, el ensayo clínico controlado y aleatorizado
es el diseño de investigación ideal para la evaluación de la eficacia y
efectividad de las intervenciones, desde hace años se disponen de otros tipos
de estudios experimentales que también pueden ayudar a comprobar la magnitud
del efecto de las intervenciones, aunque con menor grado de validez. Estos
estudios siguen teniendo vigencia.
Ensayo
clínico controlado aleatorizado.
Este
diseño es el más riguroso para la evaluación de cualquier intervención; para
llamarlo estudio clínico controlado aleatorizado debe cumplir con cuatro
características principales: Utilizar un
grupo control que permita la comparación del efecto de la intervención sobre
los grupos. La asignación de la intervención
debe ser al azar para evitar que la aplicación de la intervención dependa de
los investigadores La medición de las
variables de desenlace deben ser cegadas, lo cual evita sesgos de
información. Al término del estudio, la
mayoría de los participantes deben haber tenido una vigilancia completa durante
todo el periodo del estudio. El grupo control se refiere al grupo de sujetos
que recibe una intervención para contrastar los resultados con el grupo
experimental.
En
los ensayos clínicos, el uso de placebo es generalmente la intervención de
control, la cual tiene una apariencia similar a la intervención en estudio,
pero se trata de una sustancia inerte; se ha reportado que el uso de placebo
puede provocar mejoría hasta en 40 % los pacientes en una amplia gama de
condiciones clínicas, tales como dolor, asma, presión arterial alta e incluso
infarto de miocardio. Cabe señalar que el grupo control no necesariamente debe
ser un placebo pues en ocasiones lo más adecuado y ético es que sea el
tratamiento estándar, es decir, la mejor alternativa terapéutica vigente en el
momento de ejecutar el ensayo clínico.
En
estos diseños la aleatorización se refiere a la probabilidad que tiene cada
participante de asignarle a una u otra intervención, es decir, grupo
experimental o grupo control. Así, se garantiza que el otorgamiento de la
intervención no sea debido a la percepción del participante o de los
investigadores. De hecho, desde hace años, la aleatorización es la que se
considera la estrategia más importante para determinar si una intervención es
eficaz o efectiva.
La
aleatorización tiene otra ventaja importante: balancear las posibles variables
de confusión entre el grupo experimental y el control, las cuales pueden
modificar los resultados de la investigación. Cuando se logra que la frecuencia
y distribución de las diferentes variables sean similares entre los dos grupos,
los resultados del estudio serán más confiables. De tal forma que si los
resultados arrojan que el grupo experimental tuvo mayor beneficio se puede
asumir que dicha intervención es la directamente responsable de modificar el
curso de la enfermedad.
Existen
diferentes tipos de aleatorización, los cuales no alteran la esencia de lo ya
señalado y generalmente se utilizan para hacer más eficiente el estudio. La
aleatorización simple es la forma más frecuente. En el caso de la aleatorización estratificada
tiene por objetivo disminuir las variables de confusión; por ejemplo, puede
ocurrir que haya diferencias de resultados entre hombres y mujeres, si es el
caso, se deberán sortear un grupo experimental y otro control con cada estrato
de hombres y de mujeres. De esta manera, al final habrá cuatro grupos. La
desventaja principal de la aleatorización estratificada es el incremento del
tamaño de muestra.
Cegamiento.
Es
una estrategia establecida por el investigador para que la evaluación de los
resultados sea objetiva, particularmente cuando la variable de resultado
principal se mide con datos que dependen de la percepción del paciente o de la
participación del equipo de salud. Sin embargo, aun cuando la variable de
desenlace se mida de manera dura, lo ideal es que todo ensayo clínico siempre
sea cegado. Cuando los participantes del estudio desconocen la intervención que
están recibiendo, entonces el efecto real de la intervención será obtenido al
momento de hacer la evaluación de los resultados. El propósito del cegamiento
en los investigadores es para evitar una interpretación errónea cuando se
realice la evaluación de las variables desenlace en los participantes en el
estudio.
Como
puede haber combinaciones, existen dos tipos de estudios: ciego simple o doble
ciego. Si el paciente o el investigador están cegados, será ciego simple;
mientras que cuando ambos están cegados el estudio se considera doble ciego.
Cuando no se lleva a cabo algún tipo de cegamiento, el diseño de investigación
se deberá nombrar como ensayo clínico controlado aleatorizado abierto.
El
mejor ensayo clínico es aquel donde todos los participantes que se incluyeron
al inicio del estudio lo terminan. Sin embargo, es común observar que, por
diferentes razones, al final del estudio haya menor número de participantes.
Las razones de las llamadas pérdidas durante el seguimiento pueden ser por
fallecimiento, cambio de domicilio, falta de apego o abandono al tratamiento o
eventos adversos graves.
Cuando
ocurren pérdidas, los análisis estadísticos se pueden hacer de dos formas: por
protocolo o por intención a tratar. El primero se refiere a que serán incluidos
en el análisis exclusivamente los sujetos que cumplieron los criterios de
selección, en quienes se aplicó la intervención y hubo la vigilancia de acuerdo
con lo planeado originalmente. Hacer el análisis de esta forma puede ser
apropiado, pero se tiene que tomar en cuenta que generalmente los resultados
hacen parecer a la intervención experimental mucho mejor de lo que es real.
En
el análisis por intención a tratar, a fi n de evitar que las inferencias que se
realizan cuando es por protocolo, se incluye a todos los participantes,
independientemente de que
no
hayan completado el periodo de estudio. A los participantes que no completaron
el estudio se les asigna el peor resultado posible de la variable de desenlace
evaluada; de esta forma se podrá amortiguar lo observado en el análisis por
protocolo. Si con el análisis de intención a tratar los resultados muestran
ventajas de la intervención experimental sobre el grupo control, entonces las
conclusiones apoyarán con mayor solidez que dicha intervención es efectiva.
Ensayo
clínico aleatorizado factorial.
En
este diseño se evalúan más de dos intervenciones. Teóricamente el diseño puede
expandir el número de intervenciones, sin embargo, en los ensayos clínicos
usualmente este número siempre es bajo.
Ensayo
clínico aleatorizado cruzado.
En
el ensayo clínico aleatorizado de diseño cruzado los dos grupos reciben dos
tratamientos o intervenciones en diferentes momentos. Una de las principales
ventajas es que se duplica el tamaño de muestra, puesto que todos los pacientes
recibirán las dos intervenciones. Sin embargo, el tiempo de duración del
estudio se duplica, lo cual puede incrementar los costos y la probabilidad de
pérdidas. Asimismo, se debe tener en cuenta que, en el caso de intervenciones
educativas o medicamentos poco conocidos, el periodo de lavado puede ser
insuficiente, lo que impedirá obtener resultados confiables.
Ensayo
clínico N de 1.
Una
variante de los ensayos cruzados es el N de 1. En este tipo de estudios solo
existe un paciente con una condición crónica, pero con dos o más alternativas
terapéuticas, siendo el mismo sujeto su propio control. Las desventajas
consisten en que puede ocurrir un efecto de aprendizaje del participante en el
estudio, además del efecto acumulado tras recibir múltiples medicamentos
durante las etapas del estudio.
Propósito
y diseño.
En
el ámbito sanitario los experimentos más comunes son los ensayos clínicos con
medicamentos.
Los
ensayos clínicos tienen una direccionalidad anterógrada, es decir, abordan el
sentido de la relación causa-efecto desde la intervención al efecto.
Los
ensayos clínicos son por tanto los diseños preferibles y exigibles a la hora de
verificar el efecto de intervenciones tanto sobre efectos fisiológicos como
clínicos, epidemiológicos, en servicios de salud o salud pública.
El
propósito fundamental de un estudio experimental es estimar la eficacia de una
intervención terapéutica o sanitaria, sea un procedimiento farmacológico,
quirúrgico, educativo o de servicios sanitarios, efectuado sobre unos sujetos
de estudio muy bien definidos. El ensayo clínico se diferencia de los estudios
observacionales, sean estudios transversales, estudios de cohortes o estudios
de caso y control, porque permite al investigador mantener un grado de control
elevado sobre los sujetos de estudio y las circunstancias que van a condicionar
el efecto de una determinada intervención
Asignación
por grupos de estudio.
El
ensayo clínico aleatorizado y controlado es el estándar de comparación frente
al que se sitúan otro tipo de diseños y estudios por las óptimas propiedades
que presenta desde un punto de vista metodológico. Un de ellas es la asignación
aleatoria a los grupos de estudio. En esencia, el proceso de asignación aleatoria
permite que un individuo tenga la misma posibilidad de ser asignado, bien al
grupo de intervención o bien al de control. Por supuesto, es parte de la
condición de que ni el investigador ni el sujeto de estudio conoce cuál va a
ser el grupo asignado antes de decidir participar en el estudio. Esta situación
arruinaría por completo los beneficios y las ventajas de la asignación
aleatoria.
Ensayos
comunitarios.
Incluyen intervenciones sobre bases
comunitarias amplias. Este tipo de diseños suelen ser cuasiexperimentales, en
los que una o varias comunidades recibirán la intervención, mientras que otras
servirán como control. Los estudios experimentales si tienen un diseño
cuidadoso con un tamaño muestral suficiente, un proceso de aleatorización
adecuado, una intervención y un seguimiento perfectamente controlados pueden
proporcionar evidencias muy fuertes que nos permitan emitir juicios sobre la
existencia de relaciones causales entre variables
Diseños
secuenciales.
Si
en el diseño de un estudio se sospecha que el efecto, bien positivo o negativo,
pudiera manifestarse antes del periodo teóricamente planeado de finalización se
pueden utilizar diseños denominados secuenciales. Un diseño secuencial es aquel
donde las observaciones se analizan continuamente, los sujetos se incorporan
ininterrumpidamente y la decisión de parar o no en cualquier momento de
desarrollo el ensayo depende de los resultados que se van obteniendo. Este tipo
de diseños permite incorporar gradualmente sujetos conforme el estudio se
desarrolla en el tiempo, en vez de utilizar muestras completas y cerradas que o
bien pudieran ser innecesarias o bien pudieran ser sometidas a riesgos
innecesarios.
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